jueves, 19 de mayo de 2016

Un tema para compartir....

Reflexiones museológicas.
Licda. Ana María Montero Navarro. Esp/MSc

El texto en el museo: Su inclusión en la mirada

            En observaciones y estudios de público desarrollados en el Museo de Arte y Ciencias “José María Cruxent”, de la Universidad Nacional Experimental Francisco de Miranda (UNEFM) en Venezuela, se hizo notoria la poca importancia que suelen dar a los textos que acompañan la muestra los visitantes jóvenes y muchos adultos que solo se concentran en el objeto por pocos segundos y avanzan a las otras salas. Parte del problema radica en la poca atención que se suele prestar a este aspecto al momento de concebir la exposición, lo cual es grave.

            Los problemas que no solo se presentan en este Museo de la ciudad, sino igualmente en otros, son extremos: o mucho o poco texto para explicar el interés y contenidos de la muestra. Con fichas técnicas minúsculas donde solo se detallan el autor y/o las características físicas de la obra expuesta. Textos introductorios con más de cinco párrafos, de siete o más oraciones colocados en forma vertical, o piezas colocadas en forma tal que causan incomodidad en el visitante. O, sencillamente, una fotografía con alguna cita que poco se relaciona con lo expuesto.

            Tal hecho olvida que los museos se soportan en la relación patrimonio (tanto lo existente como lo creado) y sus visitantes que al visitarlos, tienen un conocimiento básico de lo que pueden encontrar allí por lo cual requieren, y muchos piden, información para establecer una relación con esos objetos patrimoniales que los lleve a reforzar o construir identidad (orgullo de conocer, ser y estar con algo que les exalta su lugar en ese espacio en donde se interconecta con el objeto expuesto) Tal hecho obliga a los museos a convertirse en una herramienta de transformación y construcción social de primer orden.

            Los estudios de público han determinado la importancia del diseño museográfico el cual debe tener aspectos lúdicos y educativos explícitos en contenidos. La muestra debe llevar a la controversia, a la discusión, plantear elementos subjetivos que conlleven a la discusión y a redefiniciones culturales que impliquen exponer los contextos actuales puestos en relación o contextos pasados e inclusive, con futuros. La idea es problematizar para generar controversias que conlleven a la concienciación.

            En este proceso, el papel que debe jugar el texto expositivo en ese diseño es fundamental como enlace idiomático o lingüístico, siendo la palabra  la base fundamental de toda comunicación humana. Con este objetivo la investigadora española Isabel Acosta Cabronero ha desarrollado este tema el cual fue expuesto en  https://issuu.com/musea-magazine/docs/musea_magazine_72. Y que resumo en este texto.

Para Acosta Cabronero, los textos expositivos deben estar determinados por:

1.      La localización. Ubicarlo estratégicamente para ser apreciado por el visitante
2.      La jerarquía gráfica. Que debe precisar los tipos de letras, tamaño, color y dibujos que soporten la información
3.      La visibilidad. Que ocupe un espacio sin ser interferido por los objetos expuestos, y debidamente iluminado y limpio.
4.      La Jerarquía de la información. Destacar en ellos lo relevante de la muestra con un diseño que grafique adecuadamente el contenido.
5.      La relación objeto-contenido. Asociado siempre a lo que se muestra.
6.      La accesibilidad. Que garantice la movilidad del visitante.

Esto es importante pues en ocasiones, por falta de espacio o por carencias económicas, se llega a extremos tales como colocar las fichas de identificación de los objetos agrupadas o alejadas de los mismos, lo cual desorienta al público. También pasa que, por destacar el objeto, sus textos se encuentran colocados de forma tal que no es posible acercarse para leer y obtener alguna explicación de lo que se presenta.

Se debe considerar siempre que los espacios expositivos se soportan ante el visitante en tres aspectos que comprende las siguientes etapas:

1.      Primaria. Es el primer contacto, básico. Con ello se busca atraer.  La persona mira. Por lo tanto lo que se muestra y presenta debe despertar la curiosidad ante el objeto y su relación con lo actual. ¿Qué es esto y para que puede servirme conocerlo?

Ejemplo 1: Exposición Raíces prehispánicas de la cocina falconiana.  Sala 1.
El dibujo visualiza lo que pudo ser una comunidad Caquetía en la región dando uso a los utensilios de cerámica (Ollas y platos) utilizados por los aborígenes para elaborar y servir sus alimentos. Museo J.M. Cruxent-UNEFM. 2013. El dibujo es el texto  referencial de los objetos que se exponen en la sala donde
                  se inicia el recorrido de la muestra.



                                       
                                                    Fotografía Fernando Acosta. Dibujo: Danny Medina



2.      Focalizar. La persona se detiene, observa, el objeto despierta a su curiosidad y aprecia el entorno del objeto. ¿Qué es este objeto?  ¿Cuál es su importancia? ¿Para qué me sirve conocerlo?  

Ejemplo 2: Un salto de tiempos: un budare prehispánico para elaborar la tradicional arepa o pan de maíz venezolano y el actual budare eléctrico que tiene la misma finalidad. El gráfico explica. Expo. Raíces prehispánica de la  cocina falconiana. Museo «JM. Cruxent» UNEFM 2013



 
                       
Fotografía: Fernando Acosta.



3.      Mantener la atención. El visitante lee, conoce y aprehende el mensaje.


Ejemplo 3. El montaje fotográfico que sigue ilustra el alimento que perdura en la cocina de la región falconiana, explicando en pequeños párrafos algunas preparaciones que se elaboran con el cereal. Una cita del relato escrito por Galeotto Cey, expedicionario de la época de la conquista del este territorio, da peso a la información que reporta la continuidad de un producto fuertemente arraigado a la culinaria venezolana.


  

                   Fotografías Fernando Acosta.   Diseño Gráfico: Ricardo Díaz  Borregales.


Alcanzar este nivel tiene sus exigencias. Se recomienda en una primera instancia una propuesta ergonómica, cómoda para la lectura, siguiendo la franja visual normal de los individuos a quienes va dirigida la muestra (adulto o infantil) Redactar un texto sencillo, directo, que siga la cultura lectora del visitante.

En nuestro caso, un texto horizontal escrito de izquierda a derecha, con un promedio de doce a catorce líneas donde se explicite un léxico adecuado, utilizando terminología técnica o científica, debidamente explicada en términos comunes, de forma que sea legible y entendible por el visitante. Se sugiere aplicar técnicas de estimulación lectora tales como expresar siempre en positivo el mensaje, emplear preguntas, citas, humor, establecer la relación del objeto de la muestra mediante  apoyos tales como paneles gráficos donde se vincule el objeto mediante dibujos y textos pequeños en su cotidianidad, además de mapas, fotografías, dibujos, videos o sonidos representando actividades de los seres u los objetos para vincularlo físicamente con su entorno y establecer relación con tiempos presentes para alcanzar el nivel que debe promover el museo: concienciar  a sus visitantes ante tópicos o temas de interés colectivo y actual.

Una guía didáctica acompañó la muestra, que fue el resultado del trabajo especial de grado para optar por el título de Magister Scientiarum en Museología en la UNEFM. Parte de dicho trabajo puede ser leído en este blog. La evaluación de la muestra, permitió comprobar la efectividad del trabajo de Acosta Cabronero, en cuanto al manejo de textos efectivos para integrarlos a la mirada de los visitantes.
             


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