jueves, 30 de diciembre de 2010

La Hallaca Venezolana, algo de la palabra

Un nuevo tema para compartir....

LA HALLACA EN EL LENGUAJE Y LA HISTORIA VENEZOLANA
Ana María Montero
CNP: 4752

Un envoltorio de hojas de plátano (Musa paradisíaca, traída de África) sobre la cual se extiende una delgada capa de masa de maíz (Zea mays) coloreado con onoto (Bixa orellana), ambos productos aborígenes, y se rellena con trozos desfibrilados o muy picados de carne: gallina, cerdo, bovino y/o caprino; se condimenta con ajo, ajíes, cebolla, pimentones, perejil, cilantro y se adorna con aceitunas, pasas, ciruelas secas y alcaparras. Toda esta mezcla produce un delicado pastel en el cual queda reflejada la influencia europea, aborígen y asiática que integra a nuestra tradicional hallaca, reconocida por su olor, forma y textura. Ella es lo que mejor identifica en Venezuela a la temporada navideña. Una presencia especial que revela una forma de ser de este pueblo.

Sin esos ingredientes, que se reducen a su envoltura de hojas, la masa, el guiso y sus adornos como lo refiere Rafael Cartay (2003), no existe la hallaca. La hallaca es, por esa mezcla, uno de los elementos que mejor nos identifica como pueblo mestizo y único en esta región del continente.

Prima del tamal mexicano, peruano, colombiano, de las conkies noviembreras de Barbados y Trinidad, la hallaca tiene unos orígenes que la ubican definitivamente en nuestro territorio falconiano. El primer registro de la palabra, según José Rafael Lovera (1989) se ubica, utilizado como sinónimo de envoltorio, en Coro, en declaraciones tomadas al conquistador Juan de Villegas, durante el juicio de residencia que se le siguió al gobernador welser Ambrosio Alfinger en 1538.

Galeoto Cey, un ciudadano originario de la ciudad de Florencia, Italia, quien vino a esta ciudad con los Welser y fue cofundador de El Tocuyo entre 1539 y 1553, al regresar a su país escribió un relato que tituló "Viaje y Descripción de las Indias", en donde observó que una vez molido el maíz en piedra…”una india…lo hace masa, después hacen unas panelitas como pastillas de jabón y las envuelven en hojas del mismo maíz o de caña, poniéndolas a cocer en una vasija grande… … y a esta clase de pan llaman hayaca” (1992:23)

Otro registro en Venezuela corresponde a 1568, de Fray Pedro Aguado en su obra Recopilación historial de Venezuela y en otro proveniente de un encomendero de Barquisimeto en 1608, donde la voz da explicación de “tres hayacas de sal grandes”. (Cartay 2003: 26) En todo caso, la palabra se utilizó como sinónimo de envoltura, paquete o bojote, según lo refiere el doctor Angel Rosenblat (1974:141)

La hayaca, ayaca, allaca o hallaca no ha variado su acepción en lo que va de siglos, lo que no se ha determinado con certeza es su origen, es posible que sea una voz caquetía, tomando en consideración los lugares donde se dio uso a esta voz por primera vez. Sin embargo, en otras regiones se han encontrado acepciones similares como la voz “hayaza” que es referida por el padre Aguado en la obra mencionada, por lo cual no puede ser tomada esta teoría como totalmente cierta. Investigaciones posteriores dictaminarán la veracidad de tal planteamiento.

Lo que si está claro en nuestro país es su evolución en el tiempo: de simple envoltorio de masa, para pasar a convertirse en el delicioso pastel que hoy se conoce y que es sinónimo de navidad venezolana. Cartay en su libro "La Hallaca en Venezuela" hace una buena relación de esa evolución y del papel que inclusive ha tenido la hallaca en la historia nacional: Desde las nostálgicas referencias que Miranda realizó en Coro en 1806 a un vecino de la ciudad sobre las hayacas que consumía en casa de su padre en Caracas durante su infancia, hasta las comilonas del pastel al cual recurrió el General José Antonio Páez en 1831 para ganarse al indio realista José Dionisio Cisneros a la causa patriota.

Esta referencia indica igualmente que este plato no se consumía, como ahora, sólo en el mes de diciembre, sino que la delicia de su sabor y textura se asentó como algo especial para celebrar el nacimiento de Jesús, de allí que poco a poco se hizo obligante su consumo en esta época y así, desde el siglo XVIII el olor que mejor identifica en Venezuela la temporada navideña es el que se desprende de nuestra tradicional hallaca.

Consulta bibliográfica:
Cartay, Rafael. 2003. La Hallaca en Venezuela. Colección En Venezuela. Nª 1.Fundación Bigott.
Cey, Galeotto. Viaje y Descripción de la Indias. 1539.1553. 1992. Fundación Banco Venezolano de Crédito y Embajada de Italia. Colección V Centenario del Encuentro entre dos mundos.
Lovera, José Rafael. 1989 Gastronáuticas. Caracas. Centro de Estudios Gastronómicos CEGA.
Rosenblat, Angel. 1974 Buenas y malas palabras en el castellano de Venezuela. Caracas-Madrid. EDIME