TURISMO
GASTRONOMICO
Licda.
Ana María Montero N.
Fotografias: Cruz Ramirez
Frutos del mar. Crema original de La Vela de Coro. Edo. Falcón. Vzla.
¿Se podría
pensar hace unas décadas el interés de personas que planificaban viajes solo
para saborear una arepa rellena con queso de mano en el puesto de comida en una
carretera venezolana, disfrutar un ceviche en Lima o un taco mexicano en la
capital del país azteca? Podría ser algo inconcebible pero ya no lo es. El
alimento se ha hecho notorio en los últimos años lo cual ha llevado a redefinir
el concepto Turismo, así como muchos conceptos que se han derivado de él
como ocio, disciplina científica y sus alcances.
El siguiente texto aborda parte de esos cambios hasta desarrollar la
significación de la comida en este proceso global de la denominada industria
turística.
De acuerdo al Feng Shui (Viento y Agua) el
cual se centra en la energía yin-yang
(dualidad luz-oscuridad) fundamento en la cultura china, se establece que las 24 horas del día se
dividen en:
8 horas para laborar
8 horas para el descanso y
8 horas para el ocio
Según
este fundamento, al ocio no podemos conceptuarlo como vagancia, como pérdida de
tiempo. Es un espacio que se debe emplear para el solaz, el recreo, la
distracción, el regocijo, la creación, la diversión, la oración, el gozo, en
fin para fortalecer el espíritu, la mente
y el cuerpo. La labor, es el tiempo para producir y compartir y las ocho horas del descanso son para
reposar, descansar, dormir.
Este
fundamento se encuentra en casi todas las culturas ancestrales y es vital en la
vida humana. Así lo plantea la guarda del sábado o el domingo para los
seguidores de la religión judeo-cristiana
o de los viernes para los islámicos.
Precisando conceptos tenemos que:
La labor: (Trabajo)
Es toda actividad humana que transforma la naturaleza y
crea a partir de cierta materia dada (piedra, metal, tierra, fuego, madera,
etc.) o de pensamientos, generalmente con la ayuda de instrumentos creados por
ellos, con la finalidad de producir bienes y/o servicios para sí, sus
semejantes u otros seres, generalmente, en forma consciente.
Descanso: Se refiere al estado
de reposo que tendrá lugar luego de realizar una actividad que exija
esfuerzo, como el trabajo, el estudio,
una rutina física, entre otras. Sinónimo de tregua, pausa o respiro.
Ocio: (Tiempo libre) Espacio que la gente le dedica a aquellas actividades que no corresponden a
su trabajo formal ni a tareas esenciales que impliquen obligación (domésticas,
compras, visitas médicas…) Su rasgo diferencial es que se trata de un tiempo
recreativo el cual puede ser utilizado a discreción para practica de bailes,
deportes o recreación. Es
en este espacio donde se inserta el Turismo.
Se atribuyen dos orígenes a la palabra Turismo: del
inglés tourism o que proviene del francés Tour, que significa
giro o vuelta. Conceptualmente significa:
•
Gente que acude a
lugares de interés, visitar amigos y familiares, estar de vacaciones y
divertirse practicando deportes, asistiendo a eventos (congresos, festivales,
simposios…) o sencillamente disfrutar un entorno natural, cultural o de ambos, diferentes a su cotidianidad.
•
Visitantes que usan todo
tipo de transporte: desde ir a pie, en bicicleta, motocicleta, carros,
autobuses, trenes, barcos, cruceros o
aviones para llegar a lugares o sitios de su interés.
•
Se puede decir que el
turismo es una industria que permite intercambiar experiencias mediante la
contemplación y el disfrute.
El turismo, en esencia, es un
producto de los períodos de paz y prosperidad, cuando grupos de residentes de
un lugar se trasladan a otro con fines de conocimiento, distracción y aventura
por un tiempo determinado dentro de un mismo país u otros. Es una industria
formada por varias organizaciones que se asocian para dar disfrute y solaz a
las personas que lo soliciten. De esta forma el Turismo es constituido por un conjunto de empresas que desarrollan un proceso que tiene como fin facilitar el intercambio
de experiencias contemplativas, deleite y conocimientos de los diversos
recursos patrimoniales naturales y culturales, tangibles e intangibles, que los
lleva a convertirse en fuertes dinamizadores de la economía de un país, región
o comunidad.
Para ello, es importante y necesario que los bienes
patrimoniales sean tratados adecuadamente a los fines de garantizar que las
inversiones a realizar en torno a ellos los conviertan en un activo rentable
para quienes inviertan en los mismos. Conservar, restaurar, musealizar y
difundir la importancia de dichos patrimonios según su naturaleza y
particularidad, permite promover inversiones y generar fuentes de labor
constituyéndose esos lugares en centros productivos, beneficiando una comunidad
y por extensión a la humanidad.
Integrantes del Turismo:
El turismo está integrado por cuatro elementos
fundamentales:
El Turista: Busca experiencia y diversión. Satisfacciones
espirituales y físicas. La naturaleza de éstas determinará en gran medida el
lugar a elegir para sus viajes. Es un viajero que
ocupa un espacio y un tiempo para ocupar su ocio. Según su capacidad económica y desarrollo
social e intelectual puede ser más o menos exigente, pero igual, busca
satisfacerse y conocer. Viajar implica para el turista descubrir cosas
desconocidas y vivir experiencias
especiales que remiten a un período de creación y vida de otros
semejantes. Como ser humano, requiere
atender sus necesidades básicas: comer, dormir y movilizarse además de tener
seguridad física y emocional en un lugar diferente a su espacio habitual.
Al disponer de recurso económico, busca
optimizarlo, a lo cual agrega su interés para conocer esa otra forma de vida
ajena a sus costumbres y de la cual tiene una información básica.
Comunidad Anfitriona: Es la gente que vive en esa localidad poseedora
del valor o bien (cultural o natural). De su participación y nivel de
conciencia sobre ese bien, depende generar para sí un mayor bienestar. Es quien recibe al
visitante y lo reconoce como semejante. La comunidad debe estar suficientemente
enterada del valor de su patrimonio como legado y reconocerlo como un activo
económico que le puede generar bienestar.
En este sentido debe, no solo verlo, sino interpretarlo y entenderlo
para así disfrutarlo, cuidarlo y poder compartirlo.
La Comunidad anfitriona debe estar igualmente clara
de sus valores y del hecho que estos son cambiantes, más debe saber priorizar
su herencia histórica, ambiental, tradiciones, ciencia y técnicas, exigiéndose
un alto nivel de formación y educación.
Los proveedores: Proporcionan
bienes y servicios a través de sus negocios en forma oportuna para obtener
utilidades y generar empleos e impuestos al Estado. Aun cuando pueden
surgir de la propia comunidad anfitriona emprendedora, también está integrado
por agentes externos quienes suministran insumos básicos que facilitan el
servicio que se presta al turista: transporte, alojamiento, alimentación,
seguridad y otros: Agencias de viajes,
autobuses, taxis, hoteles, posadas, restaurantes, puestos de comida, mercados,
centros de producción agropecuarios, centros comerciales, productos artesanales, servicio de guías,
museos, centros de atracciones, organización de eventos, servicios bancarios,
seguridad y toda la viabilidad para apreciar los sitios patrimoniales.
El Estado (Representado por
los gobiernos locales, regionales y/o nacionales, cuerpos legislativos y judiciales) Vigilan y
coordinan a los demás integrantes del sistema turístico. Dicta políticas y
normas para fomentar la generación de divisas y bienestar a todos. En el plano
interno su labor debe estar orientada a fomentar la formación y educación que
sobre su propio PATRIMONIO requiera la comunidad anfitriona. Igualmente debe legislar y normar todos los
procesos para garantizar el acceso, seguridad y movilidad del turista, a los
fines de promover el sector, multiplicar las visitas y proteger los
Patrimonios. El Estado debe fomentar la inversión en obras de infraestructura
(vialidad, seguridad y promover la inversión de sectores privados en él área,
aligerando procesos administrativos que estimulen su crecimiento y durabilidad,
garanticen el ingreso de divisas, así como su justa distribución para el
bienestar colectivo.
Ubicación del Turismo en la estructura económica.
Como integrante del sector
económico (servicios) El turismo oferta bienes con un profundo significado impalpable,
inmaterial. De tal manera: un vendedor de perros calientes o hamburguesas,
no solo oferta este producto: un pan con salchichas o carne, sino también
atención, calidad del producto, limpieza y un ambiente agradable, y esos
elementos no pueden ser tocados, sino “apreciados” o “sentidos”. Ello implica
que este sector deba atender cuatro aspectos básicos:
Intangibilidad: En el negocio turístico, no solo se vende un bien
físico, sino experiencias.
Indisociabilidad: propietarios, administradores, trabajadores y
clientes deben estar en igual sintonía. No se puede ofertar una posada
paradisíaca frente al mar, si lo que está construido es pésimo o el personal no
está capacitado.
Variabilidad: Los servicios se producen y consumen al mismo
momento de servirse, por lo cual un día puede hacerse bien y otro no. Esto
exige capacidad y paciencia.
Carácter perecedero: La gestión de capacidad y demanda es
importante para el servicio turístico. No siempre se llena un hotel o se
disponen de vehículos adecuados para transporte. La previsión y el buen
aprovechamiento de las oportunidades son esenciales.
Componentes Básicos del Turismo.
De acuerdo a su organicidad y atendiendo a las
necesidades fundamentales humanas como el comer, trasladarse, dormir, tener un
mínimo de seguridad, atracciones el Turismo se ha desarrollado en cinco grandes
vertientes:
•
Servicios de alimentación: donde se incluyen restaurantes, mercados
populares, supermercados, puestos de comida ambulantes, tiendas especializadas.
•
Hospedaje: Integrado por los servicios de Hoteles,
posadas, viviendas, cabañas o apartamentos de alquiler. También casas particulares
donde se oferten habitaciones para ese fin.
•
Movilización: Correspondiente a una vialidad optima,
aeropuertos, puertos, servicios de taxis,
autobuses, rutas aéreas o marinas bien definidas, agencias de viajes,
organizadores de eventos.
•
Seguridad y Atención: Legislación clara,
servicio policial, hospitalario, atención médica, farmacéutica, entre otros.
•
Centros de interés: Centros de distracción: museos, galerías,
teatros, parques naturales, zonas históricas o monumentales, eventos.
En síntesis, el turismo se
constituye, en función de todos esos fundamentos, en la suma de los fenómenos y
las relaciones que surgen de la interacción de turistas, comunidades
anfitrionas, proveedores de negocios y gobiernos en el proceso de atraer y
atender a dichos turistas y visitantes. Como ya apreciamos es una combinación
de actividades, servicios e industrias que suministra una experiencia, una
vivencia de viajes para el individuo o grupos que viajan fuera de su residencia
habitual. Es también una disciplina que se estudia bajo diferentes métodos o
enfoques como el institucional, por producto, por lo histórico, lo ambiental,
administrativo, geográfico, sociológico o económico. Es, por tanto una carrera
interdisciplinaria y sistémica que se soporta básicamente cuando un valor es
reconocido por una COMUNIDAD que lo oferta y comparte convertido en PATRIMONIO. En este sentido es como se debe manejar el
concepto, tan esgrimido pero tan poco comprendido, que tratamos de explicar a
continuación:
El Patrimonio es un conjunto de bienes
reconocidos por una comunidad o país que tiene un origen natural (creada por la
naturaleza) o cultural (creada por los
seres humanos) Ambos tipos de patrimonios pueden ser tangibles, que se pueden
tocar o ver, o intangibles, que solo se puedan oír, oler o sentir. En el ámbito
natural observamos y podemos tocar a la flora, la fauna, los minerales y a todo paisaje existente: montañas, selvas,
playas, desiertos. Lo intangible, asociado a esos espacios, lo apreciamos en el
sonido del viento, del agua, el canto de las aves o el rugir o gruñir de
felinos, monos en fin, en todos los sonidos que emite la fauna, como también en
los olores de las flores, plantas o los sabores de las frutas del lugar.
Mientras que en el ámbito cultural, apreciamos la creación material o tangible
humana: sus construcciones (casas, edificios, monumentos) sus ciudades, pueblos,
obras de arte, artesanías, muebles, joyas y, en el ámbito intangible, los
elementos efímeros: su música, bailes, alimentos, perfumes, su habla. En
síntesis, todo que los seres humanos han creado y vivido en un entorno geográfico
para su vivencia cotidiana que es diferente aun dentro de cada país y aún más, de
cada continente, haciéndolo diferente uno del otro, lo cual fundamenta su
atractivo para hacerlo conocer y apreciar ante otros pueblos y aún más dentro
de un mismo Estado.
El Patrimonio como recurso turístico
Baile de La Turas (Maíz) Mun. Federación. Edo. Falcón. Vzla.
Definidos tales conceptos, es importante destacar que
hasta hace poco tiempo, el turismo se había orientado a la explotación del
patrimonio tangible: lugares con un alto valor paisajístico: montañas, playas o
ciudades con alto valor cultural, históricos o arquitectónicos principalmente.
Lugares con culturas diferentes o “exóticas” como (la Ciudad Prohibida en Beijín
(China), el Kremlin de Moscú, en Rusia, las pirámides aztecas en México o el
Taj Majal en la India, así como espacios
naturales particulares: el desierto del Sahara, la sabana de fauna africana, la
selva amazónica. Fueron - y aun son- lugares que tomaron interés en las comunidades
con orientación turística provenientes
de países con alto ingreso económico como Europa, Estados Unidos, Australia o
Canadá, entre otros. Igualmente, ciudades como Londres, Paris, Madrid o Viena
por su monumentalidad arquitectónica e histórica en Europa. Nueva York, Washington, Montreal, Ciudad de México o
Quito en América, marcan una pauta en esta materia, al constituirse en centros
de atracción turística de primer orden.
Más hay que
considerar que en los últimos 60 años, la humanidad ha dado un vuelco tras la
aparición de nuevos conceptos y formas de pensar en lo que se ha denominado el
postmodernismo. Entre ellos, la consideración de la intangibilidad, lo no
permanente, lo efímero, toma un lugar preponderante en todos los ámbitos y de
ello no escapa el turismo. La consideración al otro como individuo que posee
unas costumbres y formas de pensar diferentes obliga a su reconocimiento para
entenderlo y satisfacer sus necesidades e intereses y por tal motivo, la
necesidad de reconocerse en el otro, a través de la diferencia, se hace
pertinente.
Ello ha conducido a que, paulatinamente, otros
valores se agreguen a esos intereses y necesidades: de esta forma el reconocer
y presentar el arte, la danza, el teatro, entre otros valores locales
diferentes como fuente de atracción, así como festividades religiosas (
Peregrinaciones a Lourdes, en Portugal o La Divina Pastora en Venezuela) o
carnestolendas como Venecia en Italia o Rio de Janeiro en Brasil y en general
todo lo que hace un pueblo diferente de otro: sus costumbre, tradiciones, su
comida, todo ello forma parte ahora de la oferta turística. Lo intangible ha cobrado cada vez mayor valor.
Los nuevos enfoques del turismo
La masificación del turismo como fenómeno humano en
los últimos tiempos, ha respondido a esa característica fundamental que tenemos
como especie: su diversidad y por ende, la búsqueda de lo diferente. Es un
efecto de los cambios paradigmáticos que ya hemos enunciado. Representado en
los diferentes gustos e inclinaciones de los humanos el turismo se ha visto en
la necesidad de estudiar, analizar y
atender a esa diversidad que se organiza para ofertarse en nichos a segmentos
interesados por un lugar, eventos o actividades particulares. Ello ha
generado una alta variedad de
destinos que se inserta en los tipos de
turismo ya desarrollados e incorpora nuevas ofertas de diversión y
entretenimiento para responder a esos segmentos que cada vez exigen más calidad
y atención a sus intereses y necesidades. Visitar ahora, a manera de ejemplo un
balneario, no es suficiente si solo se ofrece un buen hotel, espacios
acondicionados para disfrutar la playa o una alimentación “internacional”. El
turista busca conocer algo diferente a lo que le es usual, en ese espacio ajeno
a su entorno cotidiano donde se encuentra.
Ya no basta ver los elementos tangibles y
permanentes que allí existen, busca algo
más que solo ofrece la intangibilidad, lo efímero: lo que se siente, se oye, se
huele o se gusta y es diferente a lo que le es habitual. Hasta ahora se
involucraban todas esas experiencias en
lo que se denominaba turismo cultural: la danza o el baile como el ballet
clásico o el tango, organizándose eventos en temporadas altas para permitir
acceder al espectáculo, se organizaba este en función de la demanda. Ello le quitaba originalidad a la actividad,
lo cual se percibía como espectáculo y no como un evento natural, espontáneo,
que es lo que muchos segmentos hoy buscan.
Se requiere entonces un nuevo enfoque, que es lo
que mueve a ese sector, cada vez más numeroso y exigente, entre lo cual
destacan los interesados en el avistamiento de aves, apreciar la floración de
algunas especies que solo se da en una época especifica del año o la
degustación de alimentos, algunos de los cuales solo se perciben en temporadas
ajustadas a un tiempo o a un espacio puntual.
Un nuevo nicho: el gastronómico:
Destaca, entre estos nuevos nichos del turismo, el
aspecto gastronómico, que luego de estudios llevados a efectos por la
Organización Mundial del Turismo, está cada vez cobrando fuerza. De esta forma,
en una encuesta llevada a efecto por esa organización en 2016 se determinó que
entre los tres nichos que más solicitan los turistas se encuentran, en este
orden: descubrir la naturaleza, luego la cultura tangible del lugar visitado y
en un tercer lugar: la comida local. Lo que se consume en ese país o lugar. Su
gastronomía.
Los turistas que visitan un país no están interesados en la comida
“internacional” que les puede hacer ver
como si estuvieran en su casa. Ellos vienen a compartir y degustar lo que se
prepara en el lugar al cual visitan, diferente a su cotidianidad.
“Nuestra comida es fruto de nuestra tradición
cultural, de la tradición cultural de cada grupo humano, de cada pueblo. Y por
ello cocinamos, comemos, compramos, conservamos e incluso digerimos de
formas diferentes. Pero cada uno de estos procesos responde a formas distintas
de ver la vida y el mundo”,
según lo refiere Joan Santacana, investigador
español. Esta particularidad es lo que hace atractivo un lugar para que un importante segmento del
sector turismo se decante por ese valor intangible.
“Los humanos comemos de todo, desde rocas como la
sal, hasta secreciones rancias de glándulas mamarias como el suero o el queso;
desde alimentos fermentados a crudos como el vino o los vegetales. Sin
embargo hay pueblos que jamás comerían
un insecto y que hacen retirar un plato del restaurante si hay un insecto
dentro; en cambio, para otros, los insectos son lo más deliciosos que se puede
comer. Otros son comedores de carne cruda, la misma que provoca asco a los que
la prefieren muy cocida; hay grupos humanos que abominan del pescado, mientras
que otros viven de él; igual ocurre con el cerdo o con los vegetales. Pero aun
cuando comemos de todo, no todo lo comemos de cualquier forma: Diferimos
también en la ritualización de la comida”. (Santacana) Cada país y aun cada
región de cada país tienen una forma, un rito, una especificidad para consumir
sus alimentos. Esa diferencia es la que muchos quieren conocer por lo cual la
debemos nosotros reconocer, estudiar y valorar para poder ofertarla como elemento
de identidad local, diferente y única.
Desarrollar el turismo gastronómico implica desplegar estudios sistemáticos y serios acerca de
las costumbres y tradiciones durante el desarrollo de la alimentación en
una o varias regiones de un país, para soportar e impulsar su conocimiento y aprovechamiento, no solo
con el fin de hacerlo interesante para el visitante, sino también para
fortalecer el patrimonio alimentario local. Se ha hecho notorio como se han venido
perdiendo productos y muchas tradiciones culinarias, constituyendo tal hecho ahora
una oportunidad para su rescate y puesta en valor como patrimonio intangible.
La existencia de pequeños o grandes restaurantes,
fijos y/o movibles, que se especializan en la comida local con fines turísticos
se está haciendo notar en países como Colombia, Perú o Ecuador, especialmente
las relacionadas con las regiones costeras, amazónicas o propias de las zonas
montañosas. Consumir las diferentes variedades de maíz en las formas y
preparaciones allí conocidas o el Cuy (pequeño roedor propios de estas
regiones) constituyen todo un atractivo para los miles de visitantes que anualmente ocupan sus espacios en tiempo
vacacionales o durante algunas temporadas el año.
10 pasos para desarrollar un turismo gastronómico:
De Acuerdo a Sumito Esteves, Chef, docente,
investigador y difusor de la cocina venezolana, para desarrollar el turismo
gastronómico en una región o país se requieren 10 pasos fundamentales:
1.- Describir los productos que da el entorno de
ese país. La preparación de los platos con tales productos. Y que se hacen
representativos de esa región o país.
2.- Proteger legalmente aquellos ingredientes o
preparaciones que sólo se dan de manera perfecta en una zona geográfica
específica y, por lo tanto, merecen ser registrados legalmente para evitar
imitaciones fraudulentas.
3- Desarrollar un calendario de Festivales
Gastronómicos. Tres son los tipos de festivales que, a su juicio, se deben
planificar, respetar e incentivar:
- Los de carácter popular, que casi siempre giran alrededor de una receta
particular o de un ingrediente en una época específica del año;
- Los que tienen su eje en el concurso del evento y
- Aquellos en los que el gremio de oficiantes actúa en conjunto.
4.- Reconocer los autores (dar nombre y apellidos).
Toda obra cultural tangible o intangible es humana, individual o colectiva. Son
ellos los garantes de conservar ese patrimonio gustativo. Quienes mejor lo
elaboraron, los que estudian, promueven y mejoran esos platos y por último los
investigadores y difusores de este
patrimonio.
5.- Reconocer este patrimonio, difundiéndolo y
hacerlo apropiar por las comunidades donde se ha originado ese bien. Caso de la
Arepa (Venezuela) o el Mote (Ecuador)
6.-Sustentabilidad.
No solo apreciado en el aspecto económico o social, también es
fundamental contemplar los efectos que puede tener en el plano ecológico o
ambiental y cultural.
7.- Observar la estacionalidad. Entender que hay un
tiempo para todo y eso incluye el tiempo para cada fruto o producto que no
siempre se desarrolla en el tiempo que se quiere sino cuando le corresponde
madurar. Saber aprovechar este recurso ambiental es básico para establecer esa
diferencia que se apreciaba en la elaboración de las comidas hasta hace casi un
siglo.
8.- Documentación. Fundamental es recopilar la
información sobre las recetas que se han elaborado en el tiempo en una región o
país. Es una labor que corresponde a Chefs, historiadores, antropólogos, periodistas. Investigadores de la cocina en
general, para dar basamento a la gastronomía que se busca potenciar como
Patrimonio.
9.- El Lenguaje. “Entender que existe una forma de
expresión técnica que también puede escribirse y que refiere a una manera de
ver el mundo” y que es intrínseca a esa forma de ser. Ejemplo: expresar que un
pan debe quedar “Tostadito” o el hacer un “sofrito” a decir venezolano o que la
carne quede “suavita” como dicen en Ecuador.
10.- Escoger el plato que identifique al país o la
región que pueda ser reconocido internacionalmente: La Bandera Gastronómica o
el Logotipo comestible. Ejms: El arroz chino,
el Ceviche peruano o el Taco mexicano. Un plato que permita exportar
como recurso cultural al país y lo identifique como tal. Como pueden ser la
Arepa y sus rellenos en Venezuela o el Mote o el “Hornado” de Chancho (cerdo)
en Ecuador.
El Patrimonio Alimentario y el turismo
Con la globalización, la convivencia de la comida
rápida y tradicional puede ser un conflicto. Más la búsqueda del “otro”, lo
diferente, lo “exótico” que ha motorizado el turismo sobre todo en los últimos
tiempos, abre una puerta grande a este campo. En la actualidad se presentan
turistas que buscan el patrimonio alimentario de diversos lugares entre los
cuales se encuentran:
ü Turistas degustadores. (Consumen comida tradicional, mas no como motivo
principal)
ü Turistas gastrónomos. La comida es el motivo principal para su
desplazamiento. Siguen rutas gastronómicas de productos tradicionales y lugares
asociados a los alimentos (identidad local) tales como:
•
Restaurantes tradicionales
•
Mercados populares
•
Tiendas especializadas
•
Museos de alimentos (cacao, café…)
•
Centros de producción visitables
•
Bodegas y destilerías visitables.
Esta nueva perspectiva abre múltiples posibilidades
para impulsar sistemas productivos que
no solo garanticen la seguridad alimentaria local, sino la posibilidad de
constituirla en una fuente de ingresos para la comunidad poseedora de bienes
gastronómicos que pueden ser potenciados como Patrimonio para su explotación
turística. En tal sentido, la comunidad productiva y los hacedores de este
bien, deben asociarse a investigadores y cultores para poner en valor este bien
intangible el cual puede garantizarles una mejor calidad de vida como fuente de
ingresos viables, únicos y permanentes.
Recopilar y resguardar este patrimonio, soportados
en nuevas teorías económicas como la Naranja,
que valora la intangibilidad de estos bienes, abre altas perspectivas a
este sector. La labor efectiva de los cuerpos legislativos y gubernamentales,
hasta ahora atorados por la burocracia y el poco interés e ignorancia de muchos
“representantes”, quienes serían unos puntos débiles, exige presionar y hacer se
cumpla con la función a la cual han optado, si en verdad se estiman servidores
públicos.
El Turismo en la ¿Economía Naranja?
Iván Duque y otros autores colombianos, han
propuesto este modelo a través del cual se plantea transformar el Patrimonio
(bienes y servicios culturales) en un recurso rentable, que aporte a los creadores
y al país, cuyo valor esté determinado por su contenido de valor intelectual. Para
los autores, el Patrimonio, la cultura es un recurso que puede generar
usufructos a sus creadores y cultores en forma sostenible. Ello Incluye
actividades tales como la arquitectura, artesanía, pintura, música, libros,
moda, juguetes, los museos y donde ingresa la gastronomía local, elementos que
están inmersos en la industria cultural y por ende vinculados estrechamente al
turismo.
Asumir el patrimonio como recurso económico
implica cambiar y ampliar la valoración
de los bienes culturales, hasta ahora solo signados por la materialidad. La
decantación hacia la búsqueda de la intangibilidad, lo que está detrás de las
cosas, ha abierto un camino especial
para hacer ajustar las legislaciones y sobre todo, la educación y promoción de
los bienes tangibles e intangibles que se poseen. En este aspecto se hace
necesario dar una nueva dimensión y valoración al talento, a la propiedad
intelectual, la conectividad y la herencia cultural, ya de una forma enunciado
por Esteves en el texto citado: reconocer a los creadores, difusores y
promotores del bien, patrimonial que han sido menospreciados en nuestras
sociedades.
Esa búsqueda de otros elementos que subyacen en los
objetos creados por los humanos y la naturaleza como el escuchar una melodía
autóctona, apreciar una danza de una comunidad
o simplemente disfrutar de un avistamiento de aves, escuchar su canto,
degustar una comida local, son valores que cada vez se aprecian más que estar
todo un día expuesto a rayos ultravioletas en una playa. Es acá hacia donde se enfoca el turismo en la
actualidad, ante una demanda cada vez más exigente y consciente de la
importancia de la conservación ambiental y cultural que demuestra la diversidad
y riqueza de la creatividad humana y de la propia naturaleza. En ello las
comunidades y, especialmente, las entidades gubernamentales (El Estado), la
Comunidad Anfitriona y los Proveedores de servicios deben enfocarse para
preservar sus valores y para atender la demanda de un turismo cada vez más
exigente y consciente de la existencia esos patrimonios que tendemos a dejar de
lado.
Hacia una nueva ética.
Ello implica un cambio de mentalidad hacia lo que
se tiene, apreciar lo que se posee y
cuánto vale para sí mismo y para el otro. Respetar, es la palabra
clave, a todos los bienes que se han desarrollado en las comunidades donde
generaciones han creado formas de organización y vida particulares que marcan
una diferencia, demostrando la amplia capacidad de creación del ser humano, así
como la alta diversidad de paisajes en los cuales se han asentado y al cual se
han adecuado y potenciado y …en otros casos, lamentablemente, destruido.
Apreciar los principios y los valores que devienen
de aquellas sociedades pasadas, para ser respetados por los turistas, pero
sobre todo, por la comunidad anfitriona, los proveedores y los funcionarios que
representan al Estado, garantes de su permanencia, es clave. Es tiempo de
verdaderamente reconocer lo local, ante la demanda global, cada vez más
sensible y exigente.
Referencias biblio hemerográficas:
Esteves,
Sumito
Mi país gastronómico en una marca.
Publicado Saturday, March
28th, 2015
McIntosh, Robert, Charles W
Goeldner, y J.R. Brendt Ritchie. (2007)
Turismo: Planificación, Administración y
Perspectivas. Editorial
Limusa/Wiley. España.
Santacana, Joan
Un Museo de la Alimentación Humana.
En: http://didcticadelpatrimonicultural.blogspot.com/2012/10/un-museo-de-la-alimentacion-humana.html
Publicado 27th October
2012 (Ref. 1 y 2)
Transport. Revista
Ecuatoriana de Transporte y Turismo.
La comida ocupa el tercer lugar entre los motivos
para viajar
Pág.: 24. Edición de Agosto 2017.